¡Buena pregunta, Miguel! Las persianas bien cuidadas no solo duran más, también mantienen ese look impecable que hace que cualquier espacio se vea más pulido. Aquí tienes una guía práctica para mantenerlas como nuevas:
Limpieza superficial frecuente: Usa un plumero antiestático o un paño de microfibra seco cada una o dos semanas para evitar la acumulación de polvo.
Limpieza profunda mensual: Dependiendo del tipo de persiana, puedes usar un trapo húmedo con jabón neutro (enrollables), una aspiradora con cepillo (plisadas), o incluso desmontarlas y lavarlas si son de PVC o aluminio.
Lubricación del mecanismo: Cada seis meses, aplica una pequeña cantidad de grasa de silicón o aceite multiusos en las partes móviles. ¡Evita los excesos para no manchar
Protección contra el polvo: Rociar las lamas con spray antiestático o vinagre blanco diluido puede ayudar a repeler el polvo.
Evita manchas y decoloración: No instales persianas textiles en cocinas sin campana extractora y elige materiales resistentes al sol si están expuestas directamente.
Trato delicado: Evita golpes o movimientos bruscos al subir o bajar las persianas. Si son motorizadas, ajusta la velocidad para que no se azoten.
Cuidado al desmontar: Si vas a pintar o mudarte, desmonta las persianas con cuidado para no dañar los mecanismos.
Destinos